Mes: junio 2008

I Jornadas Andaluzas de Investigación e Innovación Educativa

I+i

La Dirección General de Innovación Educativa organiza las I Jornadas Andaluzas de Investigación e Innovación Educativa, que, bajo el lema ‘Cambiar la escuela de hoy para avanzar en la sociedad de mañana’, tendrán lugar los días 29,30 y 31 de octubre de 2008 en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada.

Los plazos son los siguientes:

  • Pre-inscripción de participantes: hasta el 19 de septiembre de 2008.
  • Presentación de comunicaciones: hasta final de julio de 2008.
  • Confirmación de inscripciones: del 25 al 29 de septiembre de 2008.

Más información: http://www.juntadeandalucia.es/averroes/jornadas_imasi

Despedida de Mª. José Aguilera

En estos días hemos despedido a buenos compañeros por razones varias: algunos alcanzan con júbilo el final de su vida laboral y otros cambian de destino. Entre estos últimos se encuentra Mª. José Aguilera. Aunque yo a Mª. José la conocí como alumna, en estos dos últimos años he tenido la oportunidad de disfrutar de su compañerismo. Y el vídeo que nos ha dejado pone de manifiesto algo que hemos comprobado en muchas ocasiones durante este tiempo: no sólo es querida y respetada por sus compañeros, sino también por sus alumnos, a los que deja un cariñoso recuerdo.

Notas de corte

Como esta tarde, probablemente, se harán públicas las calificaciones de las pruebas de Selectividad, parece el momento oportuno de facilitaros un par de enlaces sobre las notas de corte:

a) La Dirección General de Universidades de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa publica información varia sobre la preinscripción, fechas, procedimiento, listas de adjudicación y notas de corte en las universidades andaluzas, y

b) La Cadena Ser ha dispuesto una página web en la que es posible consultar, en todas las universidades españolas, «por carreras» y «por universidad» los accesos que os permite la nota de corte obtenida hoy.

¡Ojalá que todos podáis acceder a vuestra carrera deseada!

Joaquín Cuéllar López

También Joaquín Cuéllar se nos va, tras muchos años por las aulas de diferentes colegios, como alumno y como profesor. Así nos recuerda sus primeros pasos como alumno por las escuelas de los cincuenta:

  • «…mis años en el colegio como alumno, los recuerdos son muchos y felices; aunque fueron años difíciles, los años cincuenta… Recuerdo que íbamos con un jarro de latón para tomar a media mañana leche en polvo, que por rotación hacían los mismos alumnos; a mí me tocó colaborar alguna que otra vez en la fabricación de aquel líquido blanco. Por la tarde, tocaba un trozo de pan con una ración de queso de color amarillo tocino rancio “Made in Yanki”. Menos mal que en casa de cada cual te reforzaban dicho refrigerio con un trozo de pan con una “jícara” de chocolate, que por la textura terrosa debía estar compuesto con harina de algarroba y alguna otra sustancia que era mejor ignorar…
    Mis primeros años de edad, hasta los diez más o menos, transcurrieron en unidades escolares unitarias. Me tocaron maestros que zurraban de lo lindo. Eran “maestros” en la utilización de la regla, lo malo era que no la utilizaban para dibujar. Hubo uno que era una filigrana en el manejo de la regla, llegó a tal dominio de la misma que la utilizaba hasta de canto… El resultado ya es de imaginar, los tomates maduros y reventones se pueden comparar con las manos de algunos de los desdichados, que por traviesos tuvieron la mala suerte de experimentar la habilidad del maestro con la regla. Algunos repetían como adictos, incluso si en el día recibían más de un castigo, el maestro hablaba con sus padres y no se lo que era peor, si la regla o el cinturón de los pantalones paternos, pero en casi todos lo casos primero probaban la zapatilla de la madre. Yo era de los más pequeños y me escapaba casi siempre de los castigos corporales.
    Después empecé a estudiar bachiller elemental en una academia de mi pueblo, pues no había instituto de enseñanzas medias, iba a examinarme por libre a Lorca; así hice Cuarto y Reválida. Bachiller superior y Preu los cursé en el mismo Centro, pero ya con matrícula oficial y en una pensión, La Pensión Almanzora que ya no existe…»

Nos conocemos desde la ya lejana Universidad Laboral, que él llegó a conocer cuando realmente podía llamarse así:

  • «… hice magisterio en Almería y empecé a trabajar como Educador en su Universidad Laboral, en el curso 1974/75. De allí guardo buenos recuerdos y buenos amigos/as. Fueron años de trabajo intenso, pues nuestra jornada era de siete horas en jornada intensiva, teníamos que comer en el Centro. En el año 78 saqué las oposiciones a Educador y me trasladaron a Córdoba. Me vine con intención de volver a Almería, pero nos gustó tanto esta tierra que aun estamos en ella.
    En la Universidad Laboral de Almería, además de las siete horas como Educador, impartía tres horas diarias en el PPO (así se llamaba la enseñanza de adultos, Promoción Profesional Obrera), ya que las Universidades Laborales dependían del Ministerio de Trabajo. Esas clases las estuve impartiendo durante los cursos que estuve en Almería. Los alumnos/as eran casi todos/as agricultores/as de la zona, mayores de 20 años y en dos grupos de unos veinticinco, muy motivados para la obtención del Graduado Escolar. Fueron unos años profesionalmente intensos y económicamente rentables.
    Ya, en la Universidad Laboral de Córdoba, mi labor como Educador era de lo más gratificante. El alumnado interno tenía un comportamiento ejemplar, no recuerdo casos de indisciplina importantes. Posteriormente, las Universidades Laborales pasaron a integrarse en el Ministerio de Educación (año 1980) y a partir de ahí, se redujeron los presupuestos, los internados empezaron a disminuir y en 1989 se dividieron en los dos centros que conocemos, El Alhaken II y el Gran Capitán más un Centro residencial…»

Entonces realmente, allá por el año 91, conocimos a Joaquín quienes llevamos más tiempo en el centro, cuando comenzó a impartir clases de Instrumentales, en una modalidad de enseñanza compensatoria llamada Aula Ocupacional, con alumnado del primer ciclo de Formación Profesional.

  • » … ya en el curso 1995/96 se implantaron los Programas de Garantía Social (PGS). Programas de Educación Especial y Programas Ordinarios. Los Programas de Educación Especial, como su nombre indica, iban destinados a alumnos/as con necesidades educativas especiales. Los Ordinarios eran alumnos/as de fracaso escolar, inicialmente no diferían mucho de las Aulas Ocupacionales. Más tarde se unificaron (Curso 2000/2001) en sólo Programas Ordinarios, que podían integrar alumnos con necesidades especiales. Estos Cursos han estado funcionando hasta este año, a partir del próximo se implantarán los PCPI. Por suerte o por suerte ya no estaré para experimentarlos. La verdad es que tanto en las Aulas Ocupacionales como en los Programas de Garantía Social, mis experiencias han sido totalmente positivas y gratificantes, sobre todo con el alumnado de Educación Especial, de los que guardo y guardaré un grato recuerdo. Asimismo, echaré de menos a los compañeros/as con quienes he compartido más directamente este alumnado. Un recuerdo especial a José Luis Cabrera, que no quiso esperarme para jubilarnos juntos y con el que tantas horas agradables compartí…»

Venía de tener experiencia en cargos directivos en la antigua «Laboral», ya que los seglares sustituyeron a los frailes en estos puestos cuando éstos dejaron la institución. Con nosotros también ocupó durante cinco cursos distintas jefaturas de estudios. Siempre recordaremos su forma de trabajar tranquila y eficiente. Así recuerda él aquellos tiempos:

  • « … en nuestro centro, estuve dos años como Jefe de Estudios de FP y tres años como Jefe de Estudios Adjunto. Fueron años duros. Lo que peor recuerdo son los horarios a base de fichas de colores. Tardábamos cinco o seis días en hacerlos y parte de octubre para mejorarlos. Menos mal que el compañero de informática, Rafael del Castillo, hizo un programa que quitaba un montón de trabajo, pues detectaba los choques, almacenaba los datos e imprimía el horario de cada profesor/ra y de cada grupo… Era una pasada. Ya en el Curso 99/2000 se empezó a utilizar un programa que elaboraba los horarios completamente; yo ya no estaba en Jefatura de Estudios… Todo ese trabajo lo compartí con compañeros extraordinarios: primero, con Rafael Ruiz como Director, Sebastián Ballesteros de Secretario, José Antonio Ortiz de Vicedirector, Cristóbal, Mamen, Ana Fernández; después con Sebastián de Director, María Ropero de Secretaria, Carmen Rojas y José Angel y, en Jefatura de Estudios, José Manuel Zamora, José Luis Cabrera. A todos ellos un entrañable recuerdo…»

Como muchos de los que nos dedicamos a esto, tampoco para él fue la enseñanza una vocación temprana y clara, y lo que nos dice sobre ello podríamos ratificarlo en nuestro caso :

  • «…la verdad es que la docencia no era la profesión que entraba en mis cálculos. De hecho estuve matriculado en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, pero por circunstancias que no vienen al caso lo dejé y hice Magisterio en Almería. Hoy no me arrepiento de haberme dedicado a la enseñanza, es más, si tuviera que volver a empezar sería maestro nuevamente. Dejo la enseñanza con tristeza por dos razones: la primera es que me gusta y la segunda es que tengo sesenta años y quisiera tener menos…»

También nos entristecemos nosotros, egoístas, que quisiéramos seguir contando con Joaquín por nuestros pasillos, para disfrutar de su compañía y seguir aprendiendo de él…

  • «… pero también dejo la enseñanza con alegría por dos razones: la primera es lo difícil que resulta conectar con los alumnos y la frustración que se siente, como enseñante, al no poder alcanzar los objetivos; la segunda es disponer de más tiempo de ocio para dedicarme de lleno a otras cosas.»

Y nosotros que nos alegramos por tí, Joaquín, y también porque nos seguiremos viendo, en nuestros lugares comunes, por las callejas y plazas de Córdoba, por donde el flamenco pellizque, o por los senderos de la sierra…

José Díaz Ballesteros

Andrés Salor y María Isabel Baena (2º de ESO) nos hablan de nuestro compañero y maestro José Díaz Ballesteros cuando su jubilación se acerca:

Tras mas de 30 años de clase, 38 en total, el profesor José Díaz, que da clases de Francés, se marcha del instituto, para disfrutar de un merecido descanso después de tantos años de trabajo. El profesor ha decidido contarnos sus experiencias en esta entrevista. Para nosotros ha sido, sin duda, un buen profesor, aunque algo severo. Tenemos que decir que un profesor es siempre un profesor, y por muy simpático que haya llegado a ser, siempre nos ha sabido reñir, como no, y ponernos en nuestro lugar. Gracias D. José.

– Nos podría contar algún recuerdo de sus primeros años en el colegio
– Cuando vuelvo la vista atrás, cosa a la que por razones obvias no soy muy dado, lo primero que viene a mi memoria, es la inmensa fila de carros que desfilaba por delante de mi casa, una travesía cerca de un molino de trigo, esperando su ración diaria de 400 gramos de harina, que es lo que se otorgaba a cada padre de familia con las cartillas de racionamiento de la época.
De mis primeros tiempos como alumno de colegio, recuerdo que me apuntaron con 6 años y tenía el número 63 de la lista. También recuerdo que el profesor tenía una gran correa encima de la mesa con la que pegaba grandes palizas a los niños. Estuvo pocos meses, y después,sólo conservo buenos recuerdos de mis profesores. Como dato curioso, nunca, antes de la Universidad, tuve profesoras.
Mi primera experiencia como educador se desarrolló en unas colonias (campamentos) de verano en Ronda (Málaga). Eran sólo para hijos de empleados de la entonces Caja de Ahorros de Ronda, integrada después en Unicaja. Lo que hoy diríamos un colegio de niños «pijos». La experiencia no fue muy positiva para mí y supongo que tampoco para ellos.

– ¿Cuántos años lleva dedicado a la enseñanza?
– Comencé el 1 de Septiembre de 1970. Así que es fácil deducir que al finalizar este curso culminaré 38 años en la enseñanza.

– ¿Cuántos alumnos ha tenido aproximadamente?
– Excepto dos o tres años, siempre he trabajado en lo que antes se llamaba la Segunda Etapa (EGB) y ahora Secundaria. Esto hace que vayas rotando cada día por varios grupos de alumnos. Haciendo un cálculo muy global, considerando una media de cien por curso, supongo que habré podido tener contacto con unos 3.800 alumnos y alumnas.

– ¿Ha habido etapas más duras que otras?
– Evidentemente sí, pero todas vividas con entusiasmo y hasta apasionamiento. Las instalaciones eran bastante deficientes; en alguna ocasión, sobre todo en pueblos, tuve que actuar de fontanero, persianero y hasta bombero.
También se recuerdan situaciones especialmente tensas. Por ejemplo, recién estrenada la democracia, pero todavía con el recuerdo de la época anterior, en un colegio en la sierra sur de Sevilla, hicimos un huelga para que pusieran algún sistema de calefacción en las clases porque el frío era casi insoportable. Pues bien, todos los días venía un guardia civil al colegio y nos iba tomando los datos a cada uno. Esto en aquella época todavía impresionaba por las posibles consecuencias.

– ¿Qué le hubiese gustado ser de no ser maestro?
– Creo que si la historia se repitiera volvería a ser maestro. Pero recuerdo que cuando era muy pequeño, ante la típica pregunta de las «titas» («Niño,¿tú que quieres ser de mayor»?), yo siempre respondía «abogado»; claro, sin tener ni idea de lo que era eso. Siendo ya adulto, cultivando una de mis aficiones favoritas, la música, siempre me ha apasionado contemplar las inmensas vivencias interiores que transmite un director de orquesta.

– ¿Nos podría resumir su historia en la profesión? ¿Qué cambios ha ido notando?
– No es fácil «resumir» 38 años. Pero grosso modo podría decir que me precio de tener una visión bastante completa de lo que es la educación en Andalucía, ya que he pasado aproximadamente la mitad de mi vida trabajando en la enseñanza privada y la otra mitad en la pública; en pueblos y en ciudades de casi todas las provincias andaluzas; en bachillerato, primaria y secundaria; en la Universidad de Córdoba y Sevilla y algún curso de verano en universidades francesas.
Comparar sería odioso. Hemos mejorado en recursos, universalidad de la educación, igualdad de oportunidades, capacidad de comprensión, normalidad en el trato chicos-chicas, sensibilidad ante la naturaleza…
Quizás hayamos perdido algo en valores, respeto a las normas, sensibilidad ante los problemas de los demás, excesivo materialismo, consumismo, individualismo, motivación por aprender, etc.

– ¿Qué medidas piensa que se podrían tomar para mejorar el mundo de la enseñanza?
– El mundo de la enseñanza no es sino un microcosmos que refleja cómo es la sociedad en general. Y esta sociedad que nos está tocando vivir es una reacción a lo que vivieron generaciones anteriores. Se pasó de un régimen absoluto a una permisividad, quizás excesiva; de carecer de casi todo a tener o intentar tenerlo todo. De un partido único a intentar politizarlo casi todo. Son piezas nuevas que necesitan ajustarse mediante el correspondiente rodaje.
Pero sí es verdad que el mundo de la enseñanza, yo prefiero decir de la EDUCACIÓN, es algo tan serio que debería quedar al margen de todos los vaivenes políticos y modas sociales pasajeras y ser sólo el gran proyecto consensuado de los valores y conocimientos que la mayoría de una sociedad quiere transmitir a sus generaciones futuras.

Sin más acabar diciendo que durante este año, José Díaz Ballesteros ha sido nuestro profesor de francés y que hemos pasado un entretenido y ameno año, en el que aprendimos muchísimo francés. Para todos aquellos que les guste el francés o simplemente les guste que un buen profesor les de clases, José ha sido un gran maestro.

Deseamos que pase una buena y merecida jubilación después de tantos años de duro trabajo y de haber aguantado a tantos niños.

Entrega de Premios y Diplomas

El pasado viernes se llevó a cabo la entrega de los diplomas acreditativos de los diferentes concursos que se han celebrado en el centro durante este curso que se nos escapa a toda prisa. También entregamos los correspondientes a quienes han desarrollado la labor de colaboradores TIC en las distintas aulas. Enhorabuena y gracias.

En la plataforma (grupo DACE) podéis ver algunas fotos del evento.

El valor relativo de la Selectividad

En el periódico El País de hoy se publica una noticia que quizá tranquilice algo a nuestros ya nerviosos alumnos de 2º de Bachillerato. Según la información, son muy pocas las carreras universitarias que exigen más de un 5 como nota de acceso.

Sólo diez carreras exigen al alumno más de un aprobado para acceder

La Selectividad pierde tensión, pero siguen las limitaciones en varias facultades

J. A. AUNIÓN – Madrid – 12/06/2008

La Selectividad ya no es lo que era. Es cierto que los 150.000 alumnos que la afrontan este mes tienen que pasar maratonianos exámenes de tres días para acceder a la Universidad. Pero, a medida que ha ido descendiendo el número de universitarios (un 10% desde 1999), han bajado las notas de corte.

Ya sólo hay 10 carreras (de 124 diplomaturas, licenciaturas e ingenierías) a las que no se pueda acceder, en algún lugar de España, con un aprobado justo. Una menos que el año pasado, porque a Periodismo ya se puede entrar con un 5 en la Miguel Hernández de Elche.

La lista de las más duras probablemente no sorprenda a nadie: Arquitectura, Enfermería, Fisioterapia, Odontología, Medicina, Biotecnología, Veterinaria, Ingeniería Aeronáutica e Ingeniería Técnica Aeronáutica y Comunicación Audiovisual, aparte de Terapia Ocupacional (5,02) y Ciencias de la Actividad Física (5,01). Biotecnología en la Autónoma de Barcelona, con un 8,68, tiene la nota más alta.

Pero ni todo el mundo está dispuesto a desplazarse (aunque las becas de movilidad llegarán el próximo curso hasta los 5.700 euros), ni a renunciar a la carrera que desea en la facultad que quiere. Hay unas que son clásicas en la lista de las más inaccesibles: la nota de corte más baja para Medicina, cuyas plazas están limitadas (aunque aún no se sabe cuántas habrá el próximo año) es 7,92. Para Ingeniería Aeronáutica, es un 7,84. Pero, por ejemplo, Administración y Dirección de Empresas, se puede estudiar con un 5 en más de la mitad de las facultades, aunque se necesita un 7,83 para hacerlo en la Pompeu Fabra de Barcelona. Para maestro en Educación Infantil en la Universidad de Valencia se pide un 7,35.

Es decir, la dificultad depende de qué estudiar, pero también de dónde. Más le vale hacer bien la Selectividad al que quiera hacer Traducción e Interpretación en Alicante (8,5), Comunicación Audiovisual en Santiago de Compostela (8,12), Periodismo en la Carlos III de Madrid (7,66) o maestro de Lengua Extranjera en Murcia (7,23). Esta prueba, tal y como está planteada ahora, tiene los días contados (la reforma llegará, posiblemente, en 2010). Pero, de momento, aunque un simple aprobado puede abrir casi todas las puertas, algunas siguen reservadas a las mejores notas.