Autor: Joaquín Mesa

Formación en didácticaTIC

De Educacontic hemos hablado en otras ocasiones (1 y 2), pero hasta ahora no nos habíamos referido a una sección de este portal, Formación en didácticaTIC. En esta sección se agrupan en su catálogo, junto a tutoriales y materiales para formadores, propuestas didácticas de cada una de las materias que componen el currículo actual.

Una vez seleccionado el nivel educativo y la materia correspondiente, se presentan al profesor interesado los materiales didácticos estructurados del modo siguiente: una guía metodológica, que facilita orientaciones- secuenciadas por niveles competenciales tic- para la integración de las herramientas tic en el currículo de la materia y, más abajo,  aplicaciones didácticas con herramientas tic sobre diferentes contenidos de la materia.

Como reseñar los materiales de cada una de las materias sería prolijo e inapropiado, invitamos a cada profesor especialista a que explore y evalúe estas estrategias metodológicas que se nos presentan, tal como ha realizado Lucía Álvarez en relación a su materia (Educación Plástica y Visual).

X Concurso Hispanomamericano de Ortografía

Desde hace unos años el Ministerio de Educación convoca anualmente un concurso hispanoamericano de ortografía dirigido a alumnos de 2º de Bachillerato. El concurso está organizado en diferentes fases eliminatorias: fase de centro docente, fase provincial, fase autonómica, fase nacional y fase final (con alumnos hispanoamericanos). Asimismo, cada una de las fases superadas suele ser premiada de algún modo: reconocimientos y diplomas,  así como libros, e incluso premios en metálico en la fase nacional.

La preparación de las pruebas no parece en exceso costosa ni dificultosa: son dictados de unas 250 palabras y listas de palabras sueltas. De igual modo, el concurso, por las fechas en que se convocan las diferentes fases, no os supondría mayores distracciones. Se resuelve durantes los meses de octubre (fases provincial y autonómica) y noviembre (fase final).

En fin, si alguno de vosotros está interesado, debe comunicarlo al Director del centro antes del 30 de septiembre.

Grupos de trabajo y Formación en centros

Hace unos días comunicábamos que durante este curso se introducían novedades en relación con la formación del profesorado, en lo que se refiere a las modalidades de grupo de trabajo y formación en centros. Pilar Torres nos facilita el enlace a un esquema que, elaborado por su compañera Carmen Lara, sintetiza y explica estas novedades:
esquema fc y ggtt

Cursos de Actualización Lingüística On-line

Pilar Torres, asesora del Cep de Córdoba, nos informa de la apertura del plazo para cursar los cursos de Actualización Lingüística On-line, así como del calendario de admisión y matriculación de esta oferta formativa:

• Plazo de presentación de solicitudes de admisión (sólo para el alumnado de nuevo ingreso): del 21 de septiembre al 2 de octubre.
• Publicación provisional de solicitudes admitidas: 6 de octubre.
• Alegaciones a la relación provisional de solicitudes admitidas: hasta el 13 de octubre
• Publicación definitiva de solicitudes admitidas: 15 de octubre
• Plazo de matriculación: hasta el 23 de octubre.
• Plazo de matriculación para cambio de modalidad: del 26 al 28 de octubre
• Inicio del curso: 29 de octubre.

Programa «Modelo de Parlamento Europeo»

La Consejería de Educación nos informa de que se ha abierto el plazo de inscripción para Modelo de Parlamento Europeo. Se trata de un programa de debates dirigido a alumnos de 1º de Bachillerato y 1º de Ciclos Formativos de Grado Medio cuya finalidad es recrear sesiones parlamentarias por los propios estudiantes, de tal manera que sus conclusiones finales serán trasladadas al Parlamento Europeo. Para participar es preciso realizar un trabajo individual cuya extensión es de 4 a 6 páginas sobre uno de los temas que se plantean en esta convocatoria. Este curso se han propuesto los cuatro temas siguientes:

  • El proceso de Bolonia
  • La dependencia energética de la Unión Europea
  • La crisis económica actual: prevención del fraude fiscal internacional
  • La eutanasia

No disponéis de mucho tiempo para decidiros, ya que la inscripción será cerrada el próximo día 1 de octubre. Puede ser una actividad interesante para la materia de Proyecto Integrado de 1º de Bachillerato.

Más información en:

¿La muerte del libro?

Traslado una interesante conferencia que con el título ¿La muerte del libro? pronunció Roger Chartier. Como en otras ocasiones, se pone el acento en cómo el medio digital como soporte conduce a una lectura fragmentada, discontinua.

El mundo digital nos acerca cada día más a la biblioteca universal abarcando todos los libros que fueron publicados, todos los textos que fueron escritos. Pero la lectura frente a la pantalla es una lectura que transforma la relación con las obras del pasado o del presente. Es generalmente una lectura discontinua, que busca a partir de palabras clave o rúbricas temáticas el fragmento textual del cual quiere apoderarse (un artículo en un periódico, un capítulo en un libro, una información en un web site) sin que sea percibida la identidad y la coherencia de la totalidad textual que contiene este elemento. En cierto sentido, en el mundo digital todas las entidades textuales son como bancos de datos que procuran fragmentos cuya lectura no supone de ninguna manera la comprensión o percepción de las obras en su identidad singular.

La originalidad y la importancia de la revolución digital […] obliga al lector contemporáneo a abandonar todas las herencias que lo han formado, ya que la textualidad digital no utiliza más la imprenta (por lo menos en su forma tipográfica), ignora el libro unitario1 y está ajena a la materialidad del códex2. Es al mismo tiempo una revolución de la modalidad técnica de la reproducción de lo escrito, una revolución de la percepción de las entidades textuales y una revolución de las estructuras y formas más fundamentales de los soportes de la cultura escrita. De ahí, a la vez, la inquietud de los lectores, que deben transformar sus hábitos y percepciones, y la dificultad para entender una mutación que lanza un profundo desafío tanto a las categorías que solemos manejar para describir la cultura escrita como a la identificación entre el libro entendido como una obra y como un objeto cuya existencia empezó durante los primeros siglos de la era cristiana y que parece amenazado en el mundo de los textos electrónicos.

“Se habla de la desaparición del libro; y creo que es imposible”, declaró Borges en 1978. No tenía totalmente razón, ya que en su país hacía dos años que se quemaban libros y que desaparecían autores o editores asesinados. Pero su diagnóstico expresaba otra cosa: la confianza en la sobrevivencia del libro frente a los nuevos medios de comunicación: el cine, el disco, la televisión. ¿Podemos mantener hoy en día tal certidumbre? Plantear así la cuestión, quizá, no designa adecuadamente la realidad de nuestro presente caracterizado por una nueva técnica y forma de inscripción, difusión y apropiación de los textos, ya que las pantallas del presente no ignoran la cultura escrita sino que la transmiten y la multiplican.

Sin embargo no sabemos todavía muy bien cómo esta nueva modalidad de lectura transforma la relación de los lectores con lo escrito. Sabemos bien que la lectura del rollo en la antigüedad era una lectura continua, que movilizaba el cuerpo entero, que no permitía al lector escribir mientras leía. Sabemos bien que el códex, manuscrito o impreso, permitió gestos inéditos (hojear el libro, citar con precisión pasajes, establecer índices) y favoreció una lectura fragmentada pero que siempre percibía la totalidad de la obra, identificada por su materialidad misma.

¿Cómo caracterizar la lectura del texto electrónico? Para comprenderla, Antonio Rodríguez de las Heras formuló dos observaciones que nos obligan a abandonar las percepciones espontáneas y los hábitos heredados. En primer lugar, debe considerarse que la pantalla no es una página, sino un espacio de tres dimensiones, que tiene profundidad, y en el que los textos alcanzan la superficie iluminada de la pantalla. Por consiguiente y por primera vez, en el espacio digital, es el texto mismo, y no su soporte, el que está plegado. La lectura del texto electrónico debe pensarse, entonces, como desplegando el texto o, mejor dicho, una textualidad blanda, móvil e infinita.

Semejante lectura dosifica el texto sin necesariamente atenerse al contenido de una página, y compone ajustes textuales singulares y efímeros. Esta lectura discontinua y segmentada supone y produce, según la expresión de Umberto Eco, una “alfabetizazione distratta”, una lectura rápida, fragmentada, que busca informaciones y no se detiene en la comprensión de las obras en su coherencia y totalidad. Si conviene para las obras de naturaleza enciclopédica, que nunca fueron leídas desde la primera hasta la última página, parece inadecuada frente a los textos cuya apropiación supone una lectura continua y atenta, una familiaridad con la obra y la percepción del texto como creación original y coherente. La incertidumbre del porvenir se remite fundamentalmente a la capacidad del texto desencuadernado del mundo digital de superar la tendencia al derrame que lo caracteriza y así de apoderarse tanto de los libros que se leen como de los que se consultan. Se remite también a la capacidad de la textualidad electrónica de superar la discrepancia que existe entre, por un lado, los criterios que en el mundo de la cultura impresa permiten organizar un orden de los discursos que distingue y jerarquiza los géneros textuales y, por otro lado, una práctica de lectura frente a la pantalla que no conoce sino fragmentos recortados en una continuidad textual sin límites.

¿Será el texto electrónico un nuevo libro de arena, cuyo número de páginas era infinito, que no podía leerse y que era tan monstruoso que, como el libro de Próspero en The tempest, debía ser sepultado? O bien ¿propone ya una nueva forma de la presencia de lo escrito capaz de favorecer y enriquecer el diálogo que cada texto entabla con cada uno de sus lectores? No lo sé. Y los historiadores son los peores profetas del futuro. Lo único que pueden hacer es recordar que en la historia de larga duración de la cultura escrita cada mutación (la aparición del códex, la invención de la imprenta, las revoluciones de la lectura) produjo una coexistencia original entre los antiguos objetos y gestos y las nuevas técnicas y prácticas. Es precisamente una semejante reorganización de la cultura escrita que la revolución digital nos obliga a buscar. Dentro del nuevo orden de los discursos que se esboza no me parece que va a morir el libro en los dos sentidos que hemos encontrado. No va a morir como discurso, como
obra cuya existencia no está atada a una forma material particular. Los diálogos de Platón fueron compuestos y leídos en el mundo de los rollos, fueron copiados y publicados en códices y después impresos, y hoy en día pueden leerse frente a la pantalla. Pienso que tampoco va a morir el
libro como objeto, porque este “cubo de papel con hojas”, como decía Borges, es todavía el objeto más adecuado a los hábitos y expectativas de los lectores que entablan un diálogo intenso y profundo con las obras que les hacen pensar, desear o soñar.

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1 Aparece en los siglos XIV y XV —antes de Gutenberg— e implica la presencia dentro de un mismo libro manuscrito de obras compuestas en lengua vulgar por un solo autor (Petrarca, Boccacio, Christine de Pisan).

2 Surge entre los siglos II y IV. Es el libro compuesto de hojas y páginas reunidas dentro de una misma encuadernación.

Roger Chartier

Fuente: Milenio online.

Aprender navegando

Como nuestro amigo Matías ha reflexionado sobre un editorial de El País que consideró de gran interés, parece oportuno reproducir aquí su contenido íntegro:

Aprender navegando

02/09/2009

La conclusión de un estudio realizado por la consultora SRI International para el Departamento de Educación de Estados Unidos sostiene que la formación que se obtiene combinando las viejas maneras con las nuevas es indiscutiblemente la mejor. Es decir, que terminan sabiendo más quienes aprenden yendo a clase pero trabajando también muchas horas frente al ordenador. Los resultados del estudio se refieren a la educación superior y de adultos. No sirven, por tanto, ni para primaria ni para secundaria. En esas edades no existen todavía datos que avalen, hasta ese punto, la eficacia de las nuevas tecnologías.

El trabajo de la consultora empezó con la revisión de todas las investigaciones que sobre esta cuestión se habían hecho entre 1996 y 2008, seleccionó después los 99 estudios que ofrecían una comparación cuantitativamente fiable entre la formación presencial y la formación online, y se quedó al fin con 49 de ellos, los más rigurosos. Se establecieron entonces valores para comparar los resultados y, hecho el cotejo, concluyeron que la formación online es ligeramente mejor que la presencial, pero que donde verdaderamente hay una notable diferencia es cuando se combina el trato directo con el profesor y los compañeros con las facilidades que proceden de la Red.

Videoconferencias, chats, correos electrónicos. Acceso inmediato a diccionarios y a enciclopedias y a una inmensa cantidad de artículos. No tener que desplazarse, ganar tiempo, evitar las aulas masificadas. Y conducir uno mismo las riendas del propio aprendizaje. Ésos son algunos de los recursos que ofrecen las nuevas herramientas. Eso sí, sigue siendo indispensable el contacto directo. Para aclarar dudas, establecer pautas, compartir fórmulas, para que los que saben guíen los pasos de los que se aventuran en la selva de Internet.

Habrá quien se rasgue las vestiduras. Pero conviene acercarse a lo que de verdad está pasando. Son pocos los que, por ejemplo, asisten a las clases de Walter Lewin, un astrofísico del MIT, pero los vídeos de sus explicaciones los han estudiado en YouTube unas 250.000 personas. Al final resultará que, a distancia, entra mejor el conocimiento.

Un minicuento divertido de Benedetti

Aunque con retraso, un pequeño homenaje al fallecido Benedetti:

LINGÜISTAS

Tras la cerrada ovación que puso término a la sesión plenaria del Congreso Internacional de Lingüística y Afines, la hermosa taquígrafa recogió sus lápices y papeles y se dirigió hacia la salida abriéndose paso entre un centenar de lingüistas, filólogos, semiólogos, críticos estructuralistas y desconstruccionistas, todos los cuales siguieron su garboso desplazamiento con una admiración rayana en la glosemática.

De pronto las diversas acuñaciones cerebrales adquirieron vigencia fónica:

­¡Qué sintagma!
 
­¡Qué polisemia!
 
­¡Qué significante!
 
­¡Qué diacronía!
 
­¡Qué exemplar ceterorum!
 
­¡Qué Zungenspitze!
 
­¡Qué morfema!
 
La hermosa taquígrafa desfiló impertérrita y adusta entre aquella selva de fonemas.

Sólo se la vio sonreír, halagada y tal vez vulnerable, cuando el joven ordenanza, antes de abrirle la puerta, murmuró casi en su oído: «Cosita linda».