Ayer por la mañana recibimos en el SUM a Juan Madrid, importante autor de novela negra española actual.
Ha venido a nuestro instituto en un momento muy oportuno, ya que con él cerramos las actividades del Día de Andalucía, pues Juan Madrid es malagueño, “un andaluz universal de la posmodernidad”, diríamos. Y abrimos con él los encuentros con diferentes autores y géneros literarios, dentro de las celebraciones de la Feria del Libro.
Durante dos meses, con los cursos de 3º y 4º de la ESO hemos leído y trabajado su novela Huida al Sur, Premio Edebé de Literatura Juvenil, 2008, en la hora semanal de lectura, a partir de una guía de lectura.
La novela aborda diferentes historias paralelas que confluirán finalmente en un hotel de Salobreña, Riverside Palace, donde trabaja de empleado Tomás, un chico marroquí, inmigrante ilegal, acusado injustamente de robo, posiblemente homosexual, que se ve envuelto en una trama de corrupción inmobiliaria y especulación urbanística, que conforman el trasfondo de la historia. “Una novela de prejuicios e injusticias”, la ha definido el autor.
A lo largo de las dos horas que ha durado el encuentro, el novelista nos ha confiado algunos secretos: de dónde extrae el material para sus historias, cómo las escribe, cuánto dura el proceso de creación narrativa… Nos ha confesado que a él le gusta mostrar lo subterráneo de la sociedad actual, aquello que normalmente no publican los medios de comunicación, lo que les sucede a personajes pobres que no tienen la oportunidad de darse a conocer al resto de la sociedad. Y que por todo esto escribe novela negra.
También ha respondido a unas cuantas preguntas generales planteadas por el alumnado asistente, además de ser entrevistado, allí mismo, por alumnas del Proyecto Integrado de Lengua, de 4º, a quienes ha felicitado por su labor periodística. Desde aquí animo al alumnado a participar más en ocasiones como ésta y a vencer su timidez, pues han podido comprobar que el autor se ha mostrado de manera natural y desenfadada.
Al final de las dos sesiones ha firmado ejemplares de la novela a un público que ha hecho cola pacientemente hasta recibir su dedicatoria personal.
Los estudiantes han disfrutado con las palabras del novelista; el autor se ha ido satisfecho de poder dialogar con sus lectores. Y a los profesores se nos ha allanado el camino para hablar de eso tan complejo que es la creación literaria. Ha sido un tiempo provechoso y grato para todos.
Desde aquí damos las gracias a Juan Madrid y a la Editorial Edebé, que ha hecho posible su visita.
Carmen Jurado
Aprovecho tu crónica de la visita, Carmen, para reflexionar en público sobre (y con) nuestros alumnos en este acto. No puedo comprender cómo pese a trabajar durante horas con ellos el sentido y significado de la novela, no se atrevieron, apenas, a plantearle algunas preguntas al autor de la obra que habían leído y trabajado. Sí, quizás podamos recurrir a la vergüenza de hablar en público, al «miedo escénico», a un exagerado sentido autocrítico- miedo a formular cuestiones torpes-, a… no sé qué.
Hablamos en clase acerca de la estructura de la novela- simultaneidad temporal frente a multiplicidad de acciones narrativas y espacios-, sobre el «laberinto»- físico y moral- que domina al protagonista y a otros personajes relevantes de la novela, del conflicto entre padres e hijos, de los prejuicios racistas, de la explotación urbanística- salvaje y corrupta- de la costa, de un perro que muerde y ladra pero no se oye, de la ambición de Cristóbal y su Möet & Chandon, etc. ¿Por qué no expusisteis -expusieron- en público alguna(s) de estas ideas?
¿Deberíamos nosotros, los profesores, haber abierto el turno de preguntas en la confianza de que ellos nos siguieran? ¿Acaso deberíamos proporcionarles un cuestionario elaborado por nosotros? No lo sé. Pero creo que en este tipo de actividades el protagonismo debe recaer en los alumnos, y los profesores, sólo acompañarles. Son ellos los que, desde la curiosidad de conocer al autor como persona física, deberían haberlo cercado con sus observaciones, preguntas y opiniones. No fue, lamentablemente, así en esta ocasión.