Tal y como os anunciábamos hace unos días en este mismo blog, ya se ha fallado el concurso-exposición Cartas de amor 2013-14.
Nos consta vuestra impaciencia; por eso os ofrecemos los nombres, las fotografías y los textos de las cartas ganadoras. Sus autores recibirán un diploma acreditativo y un bono para canjear en la XXII Feria del Libro, que tendrá lugar en nuestro instituto entre el 21 y el 25 de abril próximo.
El jurado, compuesto por miembros del profesorado y del AMPA Mateo Inurria, ha considerado oportuno otorgar cuatro premios a las cartas que reúnen más calidad plástico-literaria. Por orden alfabético: Héctor Almagro, Laura Balmont, Cristina Castinger, y Javier Savariego. La votación popular ha dado el premio a la carta más votada, que ha sido la de Mª Jesús León.
¡Enhorabuena a todos los participantes. En especial, a quienes habéis ganado!
HÉCTOR ALMAGRO
NUESTRA HISTORIA
Desde el momento en que te vi pasar, supe que no eras como las demás, porque mi cuerpo reaccionó acelerando el corazón, sudándome las manos, empezando a balbucear y, pasando calor y escalofríos al mismo tiempo, cosa que nunca antes me había pasado.
Al día siguiente volví al mismo lugar donde te había visto, para ver si sucedía lo mismo, cuando de repente cruzaste la esquina. De nuevo estabas allí, más radiante que el último día, cosa que era prácticamente imposible. Por desgracia, me volví a sentir raro. ¿Qué me estaba pasando? ¡No me lo podía creer! Era algo nuevo paRa mí, quería saber qué me estaba pasando y por qué tenía tantísima influencia en mí.
Le pregunté a mi grupo de amigos sobre lo que me podía estar pasando, y todos me dijeron cosas como: fiebre, gripe, resfriado, alergia. También busqué por Internet y, para mi desgracia, encontraba lo mismo que me dijeron mis amigos, o: “Lo sentimos, su búsqueda no ha dado resultado”. Esa misma noche, cuando ya tenía los ojos prácticamente cerrados y estaba medio dormido, caí en la clave y dije: “¡Eureka!” ¡Se me había olvidado decirles a mis amigos y al navegador que todo eso me pasaba al verte! Al día siguiente volví a preguntar a mis amigos añadiendo el nuevo dato. Todos estaban de acuerdo en que yo estaba enamorado de ti. También volví a consultar en Internet, y en el primer enlace ponía clara y seriamente: “AMIGO, USTED ESTÁ CALADO HASTA LOS HUESOS”. Lo ponía hasta en mayúscula. Ahora viene la parte que espero que siempre recordarás, ya que fue más rara de lo normal: la declaración.
Volví a ir al lugar donde te veía siempre, te vi y rápidamente fui a chocarme contigo disimulada e intencionadamente. Fue la típica escena de los libros en el suelo. En ese mismo instante, mientras te ayudaba a recoger los libros, aproveché para meter entre ellos una carta de mi puño y letra que decía:
“Hola, soy el chico que se ha chocado contigo esta mañana. No ha sido fortuito, sino intencionado. Ya sé que eso puede parecer de locos, pero es cierto: estoy LOCO por ti. Hago esto porque me encantaría conocerte mejor con una cita. No tienes por qué aceptarlo. Para responder que sí sólo necesitas volver al mismo lugar mañana a la misma hora. Necesitaba que supieses todo esto que siento por ti desde hace varios días. Nunca pensé que me iba a enamorar, no soy un sentimental, y quiero que sepas que me has hecho cambiar”.
Gracias a Dios fuiste allí. Esta es nuestra historia: ¿Cuál es la tuya?
LAURA BALMONT
SIN TI, SOY YO
¿Qué estaba pensando aquel día? ¿Me gustaba besarle? ¡Era insoportable, pero cuantísimo nos reíamos juntos! ¿Qué payaso!…
Mi cabeza se llena de miles de pensamientos, preguntas, afirmaciones, negaciones, dudas… Pero yo te sigo mirando, remirando y te vuelvo a mirar…
Me encuentro entre la espada y la pared, no sé cómo actuar, qué elegir ni qué decirte. Lo que sí sé es lo que recuerdo. Recuerdo grabado en mi cabeza aquel momento, en el que estábamos sentados en el banco de nuestro parque, aquel banco que tantas cosas ha escuchado, visto y sentido con nosotros, ese momento en el que decías que te agradecía que estuvieses a mi lado, eras mi apoyo más fuerte, el que me animaba, aguantaba mis bajones, el que intentaba que superase que ella ya no está entre nosotros, pero que estaba dentro de mí. Momentos como ese eran los que nos unieron aún más, los obstáculos sobre los que juntos saltábamos y nos reíamos del mundo entero.
Aquel banco, que si hablase también podría opinar sobre lo que nos está pasando ahora mismo, es en el que me siento después de salir del instituto y repaso bien cada instante que hemos pasado juntos.
¿Qué nos ha pasado? Éramos la pareja ideal, la que todos deseaban tener, todos nos miraban, nos preguntaban,… querían parecerse a nosotros, porque tan unidos como estábamos nosotros no existía ninguna pareja. Lo compartíamos todo, pasábamos muchas horas juntos, en cada rincón te buscaba, esperaba como loca cada cambio de clase para verte, darte un beso o simplemente sonreírte.
Y ahora me pregunto… ¿Por qué se ha roto esto? ¿Por qué yo ya no siento lo mismo por ti? Me impresionan tus mensajes, tus enormes muestras de cariño, tu interés extra hacia mí, pero… ¿Por qué no hiciste esto antes? ¿No puedes ver que ya es tarde? Me costará dar el paso, será difícil, lo sé, pero cuando lo haga, será tras haberlo meditado muchísimo. Hablo de esto con mis amigas, con tus amigos, y todos me dicen lo mismo, que es tan sólo una decisión mía que nos afecta a los dos.
Mi abuela, siempre me decía que cuando tuviese alguna duda a la hora de elegir cualquier cosa que cogiese un papel y un lápiz e hiciese una lista. En esa lista, debería escribir lo positivo y lo negativo… Lo intento, lo estoy intentando, rebusco en mi interior y escribo en cada columna los restos que quedan. Me hace reír, positivo; es muy celoso, negativo; le quiero, positivo; mis sentimientos han cambiado, negativo… Así continúa una lista interminable, ambas columnas van a la par, están equilibradas… pienso… y me llega la más importante, “no soy yo”, la coloco en la columna negativa”.
Ya, ahora sí, ahora me siento capaz de dar el paso, dar el paso y decirte que no podemos seguir juntos, que dentro de mí han cambiado las cosas, que no puedo corresponderle… Hoy es el día de hacerlo, me siento con fuerzas, aunque sé que en cuanto me ponga delante de ti, me haré más pequeña y no seré capaz de decírtelo, pero ya es necesario, por ti y por mí. Desearía tanto no haber tenido que llegar a esto, que hubiese sido más fácil, ¿estaré haciendo lo correcto? ¿Y si me arrepiento?
Por lo menos sé que ya no te engañaré más, que ya podré dejar de fingir. Sólo espero que podamos ser amigos, porque no quiero borrar todo lo que hemos vivido, que este amor se pueda transformar en una perfecta amistad de total confianza.
Recuerda que has sido, eres y serás importante en mi vida.
Gracias por estos momentos vividos. Espero que me comprendas.
CRISTINA CASTINGER
QUERIDA MÚSICA
Querida Música:
No sé cómo expresarte la pasión que siento por ti. Todo lo que me haces sentir es indescriptible, cómo sales de mí cuando necesito escucharte, o cuando me siento perdida y confusa, o cuando pierdo mi identidad. Siempre estás tú, recordándome para qué estoy aquí y quién soy. Y, lo más importante: me has dado una de las cosas que me hacen especial: mi voz.
Gracias a ti, que me hiciste fuerte y que me dejaste poder expresar lo que siento delante de muchas personas. Qué decir de mis nervios aquel día tan especial de mi actuación; no pude dormir, pero valió la pena, porque a partir de ese día, sé que valgo para esto, que gracias a ti ya tengo una manera de expresar lo que siento: esa melodía que sale de mi voz tan libre y tan llena de sentimientos.
Gracias, Música, por hacerme como hoy en día soy: FELIZ.
JAVIER SAVARIEGO
QUERIDA SOFÍA…
Querida Sofía:
¿Recuerdas que te dije que te quería, sin darte ninguna explicación? Pues hoy quiero que sepas las razones por las que me enamoré de ti.
Te quiero. Ocupas un gran lugar en mi vida y en mi corazón. No puedo decirte que haya estado enamorado de ti desde que nos conocimos, porque nos conocemos desde que éramos pequeños, pero sí desde hace unos años. No sé realmente hace cuándo empezó esto, pero he llegado a la conclusión de que esto no es algo que yo pueda evitar. Será cosa del destino, ¿no?
Tú sabes mejor que nadie cómo soy, cómo me comporto y cuántas veces he querido, por decirlo de alguna manera, a algunas chicas. Pero no he sentido por ellas nada comparado con lo que siento por ti. Creo que es algo mutuo: yo te comprendo, tú me comprendes; yo te ayudo, tú me ayudas; yo te quiero, tú… sé que no puedes decir lo mismo, pero sabes que si algún día sientes algo por mí, yo tendré mis puertas abiertas sólo para ti.
Porque tú me animas a levantarme cada día, porque no hay mañana que no me despierte pensando en ti, ni noche que me acueste esperando el próximo día para verte feliz. Porque no hay vez que esté escuchando música que no aparezcas tú en mi cabeza. Porque no hay cosas más especiales que tus miradas alegres, que me sonrías, pase lo que pase, en lo bueno y en lo malo, con una mirada sincera que te describe completamente. Porque no te fijas en la portada del libro, sino en la historia que lleva dentro, ¿comprendes?
¿Recuerdas cuando jugábamos a pilla-pilla y yo me enfadaba porque siempre me pillaban a mí, pero tú me tranquilizabas? ¿Y todos esos días jugando juntos? ¿Sabes qué quiero decir con esto? Quiero decir que significas para mí muchísimo más de lo que tú piensas. Quiero decir que tu forma de ser es perfecta tal y como es. Quiero decir que NUNCA vayas con nadie que pueda hacerte daño. Quiero decir que, pase lo que pase, siempre estaré ahí. Y, por último, quiero decirte que: TE QUIERO.
Mª JESÚS LEÓN
CARTA A MI HERMANO
Te preguntarás por qué entre todas las personas a las que conozco te he escogido a ti para escribirte esta carta, no sólo carta de amor, también de admiración. La razón es muy simple: porque te quiero muchísimo. Ni un millón de cartas podrían expresar el cariño que te tengo. Seguramente seas la única persona en el mundo a la que no sea capaz de escribir esta carta sin comenzar a llorar; lo pienso porque no he aguantado ni dos minutos sin hacerlo.
Te admiro, ¿sabes? Por cómo has sido capaz de entrar en mi corazón y de no salir, de quedarte ahí, para siempre. Cómo poco a poco te has convertido en la persona a la que más quiero. De cómo con un simple “tata” me has hecho la persona más feliz y orgullosa del mundo. De prometerte amor eterno con una simple sonrisa. De devolverme a la infancia con tus juegos. Y te admiro porque esta ha sido la carta que más me ha costado escribir en mi vida.
Me encanta estar contigo, que me digas esas tonterías que sólo tú dices y que tanto me hacen reír, que me digas por la noche: “¿Puedo acostarme esta noche contigo?” Y yo te responda: “Esta y las que tú quieras”.
Porque sé que aunque te hagas el duro y no digas nada, me quieres, porque te preocupas mucho por mí, por mi salud, mis estudios, mis problemas, y porque no puedes verme triste. Y quiero darte las gracias por la mera razón de existir.
Sólo te pido que cuando te busque para darte besos y abrazos, no te apartes; cuanto te dé consejos, aunque sea una pesada, escúchalos; que cuando tengas problemas y no sepas qué hacer, acude a mí, te estaré esperando. Porque sólo soy yo, queriéndote y preocupándome por ti.
No sólo eres mi hermano, también eres mi mejor amigo, mi enemigo en los juegos y la persona a la que le cuento mis secretos. Por lo que no entiendo cómo puede haber gente en el mundo que desee no tener hermanos, me da pena que no sepan apreciar lo que tienen. Porque aunque nos peleemos, no estamos ni un segundo sin hablarnos.
Para finalizar la carta, sólo quiero decirte que daría un millón de veces mi vida sólo para verte sonreír.
PD: Las cosas más bonitas en este mundo no pueden explicarse con palabras, sólo con el lenguaje del corazón.
De tu hermana que te quiere.
DACE Y VICEDIRECCIÓN