Eran aproximadamente las 8:15 cuando partíamos ayer hacia Moguer, pueblo natal de Juan Ramón Jiménez. La visita a su casa museo se planteó como una actividad complementaria del estudio de su obra, que habíamos realizado en clase.
La ilusión por el viaje se reflejaba en los más de ochenta alumnos de 4º y 3º de ESO que participaban. El día iba a ser caluroso, con una temperatura superior a los 30º, y especialmente intenso, pues, aparte de las seis horas del viaje, la programación incluía: la visita al Museo de las Tres Carabelas en La Rábida; el baño en la playa de Mazagón; y la visita al Casa Museo de Juan Ramón y Zenobia.
En el museo de las Carabelas vimos, en primer lugar, un documental que recrea el viaje a América de Cristóbal Colón. Después, una explicación pormenorizada de este viaje, con referencias concretas a las tres naves utilizadas (las carabelas Pinta y Niña, y la nao Santa María), así como de la vida de diaria en el interior de las mismas. A continuación, la visita a la dársena, donde se encuentra un gran estanque con las réplicas de las tres naves, a las que se puede acceder. Al recorrer el interior de estas (cubiertas, bodegas, camarotes, etc.) pudimos hacernos una idea real de lo que vivieron y sintieron aquellos onubenses que se embarcaron, a finales del siglo XV, con la finalidad de encontrar una nueva ruta para llegar a La India, cuando lo que descubrieron fue un nuevo continente: América. Finalmente, las visitas al Muelle del siglo XV, con todos los elementos de los puertos de la época: tenderetes, carretas, etc.; y a la recreación del mundo que encontró Colón a su llegada a América, con las cabañas de madera, los hombres y las mujeres desnudos; la fauna y la flora de aquellas tierras; y los objetos que utilizaban.
El baño reparador en la playa de Mazagón fue el momento más placentero y divertido para los alumnos y alumnas, según reconocieron después en el viaje de regreso a Córdoba. Nada más detenerse el autobús junto a la playa y abrirse sus puertas, salieron en tropel hacia el mar para disfrutar de sus frescas y saladas aguas.
No obstante, el colofón del viaje fue la visita a la Casa Museo de Juan Ramón y Zenobia, como ambos, poeta y esposa, quisieron que se llamara. La guía nos contó con detalle la vida del primero: desde la familia adinerada en cuyo seno nació, pasando por su dedicación total a la poesía, su verdadera pasión, y la Residencia de Estudiantes donde ambos se conocieron, hasta la concesión del Premio Nobel de Literatura, en el año 1956, que desgraciadamente coincidió con la muerte de Zenobia.
En las distintas dependencias de la casa, se encuentran sus pertenencias del piso de Madrid, que ambos tuvieron que abandonar precipitadamente durante la Guerra Civil: ediciones originales de sus obras; numerosos documentos, entre los que se encuentra el telegrama comunicándole el Nobel; libros dedicados de autores tan importantes como Federico García Lorca o Antonio Machado; la máquina de escribir en la que Zenobia le pasaba a limpio sus poemas; cuadros pintados por el propio Juan Ramón; numerosas fotografías; etc. Tan sólo echamos en falta, durante la visita, la lectura de algún texto de Juan Ramón.
Mientras un grupo visitaba el museo, el otro recorría el casco histórico-artístico de Moguer escuchando las sabias explicaciones de nuestro compañero Benito Vaquero. Los otros miembros del profesorado que acompañamos a los alumnos fuimos: Carmen Jurado, Ana Hernández y quien esto escribe.
En resumen, una actividad interdisciplinar y muy completa, pues hubo momentos para todo: para ilustrarnos, para divertirnos y para refrescarnos.
Matías Regodón