Hoy, 3 de diciembre de 2008, dentro de las actividades programadas por el Instituto para conmemorar el trigésimo aniversario de la Constitución Española de 1978, los alumnos y alumnas de 1º de bachillerato han tenido ocasión de asistir a una conferencia impartida por el profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Córdoba, D. Ciro Milione, especialista en Derecho Constitucional.
El tema, que puede ser visto como poco atractivo para jóvenes de dieciséis o diecisiete años, ha sido presentado por el profesor Milione de manera ágil, amena, apasionada y didáctica. No falto de rigor, ha demostrado que aquello que se hace con entusiasmo, con las ideas claras y el convencimiento de que se está haciendo por un buen fin, consigue despertar el interés del más “desmotivado” (no era el caso de nuestros alumnos).
Ciro Milione, que nos ha sorprendido por su juventud y su acento italiano, ha evitado una exposición detallada y farragosa del articulado de la Constitución; sin olvidar el contenido legal y dogmático de la misma, ha pretendido transmitir valores y educar aprovechando el contenido constitucional.
Por una parte, ha conseguido hacernos ver que principios como el de libertad, igualdad, pluralismo, respeto a la legalidad democrática no son palabras huecas, sino derechos fundamentales que debemos valorar y defender, dado que no en todo tiempo se han disfrutado (ha comparado la situación actual con la dictadura anterior) y, ni siquiera hoy, son una realidad en todos los países.
Por otra parte, nos ha invitado a la reflexión al plantear la pregunta: “¿ Tiene la Corona poder..?”; o al abordar la dicotomía Monarquía versus República; o cuando ha expresado: “Si grave es que no te dejen expresar las ideas, no menos grave es no tener tus propias ideas”. Nos animaba a pensar, a participar, a ejercitar el derecho a discrepar, en definitiva, a ser parte activa del modelo democrático con el que Ciro ha identificado nuestra Constitución actual.
El final ha sido elegante y emotivo en tanto que nos ha recordado nuestros deberes (con la familia, con la sociedad, con el grupo al que pertenecemos, incluso ha hecho referencia al deber de estudiar) y ha animado a que tengamos siempre en el horizonte como referencia la UTOPÍA, esa meta que cuando parece que estamos a un paso de alcanzar vuelve a alejarse de nosotros y nos obliga a realizar nuevos esfuerzos y plantearnos nuevos retos.
No quisiera terminar estas palabras sin recordar que ha sido una lástima las muchas preguntas que se han quedado sin plantear y que lo alumnos y alumnas habían preparado con interés y dedicación, pero he preferido que Ciro terminase su intervención, para no deslucir una charla que estaba quedando “redonda”.
Debo manifestar que he salido plenamente satisfecho del acto, tanto por la apasionada exposición del conferenciante, como por la actitud atenta y participativa que han mostrado los alumnos. Quizá algunos penséis que estoy siendo exagerado y que me estoy dejando llevar por un entusiasmo injustificado. Puede ser, posiblemente la objetividad no sea mi fuerte, pero estoy siendo sincero cuando os digo que después del trabajo hecho en clase, el colofón ha sido una bonita sesión de enseñanza – aprendizaje; un buen profesor, que ha sabido conectar con unos interesados alumnos, con un extraordinario mensaje.
Francisco Pérez Galisteo