Álvaro, In memoriam

Hace unos días Álvaro Ballesteros López, alumno de 2º de Cocina de nuestro centro, falleció a causa de un derrame cerebral.

No podía ser otro modo: fue un fallo de su cerebro lo que nos lo arrebató. Su corazón generoso- estamos seguros quienes tuvimos la oportunidad de conocerle- nunca lo traicionó. Siempre disfrutaremos en el recuerdo de su gentileza, amabilidad y buena disposición con los demás.

Su padre, desde la emoción, remite al centro este sentido poema:

A Diego, Ignacio y Toñi
No hay extensión más grande que mi herida

Álvaro, adiós.
Corta faena has podido hacer
en esta vida
truncada por la cornada
traicionera de la muerte.

Estabas en la plenitud del sueño
de los sueños.
Estabas preparando
ese menú cuidado y delicioso
con que los seres humanos
endulzan y adormecen
la penosa rutina de sus días.

Estabas esperando
filetes macerados en vino,
pescadito en adobo;
cortabas zanahorias y pimientos colorados
para decorar el plato de la vida.

Y cortaste también cebollas
intentando apartar los ojos
de la obligada lágrima.

A veces estamos en la vida
como en medio de fogones,
el fuego a punto,
las verduras hirviendo,
aguardando las sartenes…
Y nunca se sabe, finalmente,
cómo saldrá aquello
que hemos preparado
tan amorosamente.

Estamos en la vida
como en la arena de la plaza,
arriesgándolo todo,
con el capote preparado,
con la espada ceñida
con la muleta
hábilmente sostenida…

Pero a veces
la faena más hermosa
se trueca una mala cogida
criminal y certera
que frustra el triunfo final

No habrá ya salida
por esa puerta grande
guardada en vuestros sueños.

Todo se ha ido por esa sola herida:
sueños, esperanzas, ilusiones,
la luz, la sangre, la vida.

La luz que ardía ilusionada,
vital y deslumbrante,
ha quemado de pronto la cera;
ha temblado urgente la llama
consumiendo de un golpe
la energía luminosa de tu vela

¡Ah, maldito toro de la muerte!
¡Ah, maldita guadaña
segadora de vidas!
¡Ah, maldita vena rota
en el centro de tu sueño
y de tu vida!

¡Ah, cebollas cortadas de dolor
que habéis roto de lleno
la fuente de los ojos,
hasta dejarlos secos!

Mas, ahora, todo tú,
deshecho y expandido
habitas un universo nuevo.
Y las partes de tu cuerpo
que no sesgó la herida
estarán vivas, prestando
luz, latido, aire,
y aún más:
salud, esperanza…
y la ternura agradecida
de quienes en tu despojo
han hallado la riqueza increíble
de sonreírle de nuevo
a la vida.

Pero nosotros,
aunque intentemos confortarnos,
estaremos rotos
con el escozor de esta herida.
Y ni siquiera el tiempo
devolverá la tersura a la piel
ni podrá disipar
su cicatriz tan honda.

Álvaro, ¡Adiós!

Paco López de Ahumada – 30 de abril de 2008

Salud Clavero Pulido

One thought on “Álvaro, In memoriam

  1. Mi más sincero pésame a la familia de este compañero.
    Era la primera noticia que tengo y, desde luego, no he sabido reaccionar.
    Al padre, también mi pésame pero también quiero elogiarle el hecho de escribir tan bello poema en momentos tan difíciles. Aunque no pueda sentir el mismo dolor que él, supongo que serán momentos duros para toda la familia.
    Un día nos «comemos» el mundo, estamos exultante de alegría y de vitalismo, pero no sabemos cuando todo esto terminará.

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