Salimos del instituto con dirección al Museo Arqueológico, a las 9:15. Éramos tres profesores, Pepa, Miguel y yo mismo, los que acompañábamos al alumnado de 3º A y 3º C de ESO y 1º de bachillerato. El trayecto a pie se nos hizo corto, a pesar de la distancia. En el museo dividieron al grupo en dos: una parte haría primero la visita guiada, mientras la otra participaría en el taller de cerámica; después, se invertirían los papeles.
La explicación en la visita al museo corrió a cargo de Francisco Morales, quien se mostró en todo momento didáctico y con conocimientos profundos de las culturas árabe y romana. De la primera, destacó la prohibición de representar figuras humanas o de animales, que solo podía hacer Alá, y que vimos reflejada en objetos decorativos y de uso cotidiano, como platos y vasijas; de la segunda, las lucernas y candiles, que utilizaban los romanos para iluminarse, y una pequeña escultura hermafrodita, que, al dar vueltas en torno a ella, tan pronto recordaba el cuerpo de una mujer como el de un hombre.
En la planta sótano del edificio tuvimos que hacer un esfuerzo de imaginación para relacionar los restos arqueológicos, deteriorados por un expolio histórico sistemático, con el antiguo teatro romano, cuyo diámetro superaba ampliamente al de Mérida.
A no todos los alumnos y alumnas les interesaron por igual estas explicaciones de Francisco, que pertenece al Departamento de Difusión del Museo Arqueológico, a pesar de los esfuerzos de éste por convertir la visita en una actividad interactiva, formulando preguntas a los jóvenes visitantes:
-¿Por qué aparecen tantas monedas partidas por la mitad?
-Porque las monedas antiguamente tenían valor en sí mismas y las partían cuando las cantidades no eran exactas- responde Juan Carlos, demostrando una gran perspicacia.
El taller de cerámica lo impartió Francisca López, también del Departamento de Difusión, que enseñó a los alumnos a fabricar un candil, semejante a los que habíamos contemplado en las vitrinas del museo. Primero, en un gráfico, les explicó las partes de que consta este objeto: el gollete, el infundibulum, la piquera y el asa. Después, a partir de un bloque de arcilla, les invitó a fabricar un candil con sus propias manos. La clave para conseguirlo –insistía- está en la manipulación continua, en tocar y tocar la arcilla húmeda, y mojar frecuentemente los dedos en agua para evitar las grietas. Lo demás –la forma, el tamaño, los adornos- depende de la imaginación de cada uno. Y doy fe que algunos alumnos, como José María Belmonte, demostraron cualidades dignas del mejor alfarero. Su candil –una combinación perfecta de arte y funcionalidad- llamó la atención incluso de la monitora.
De regreso al instituto, pasamos junto al templo romano, que se encuentra al final de la calle Claudio Marcelo, cuyo origen y características explicaron dos alumnas de 3º de Diversificación: Tere y Verónica. Otras dos alumnas del mismo grupo, Carmen y Sonia, hicieron lo propio con la plaza de las Tendillas. En el tintero se quedaron las explicaciones sobre la Mezquita y la plaza de la Corredera. Ya habrá tiempo para ello el próximo curso, porque la experiencia de que los propios alumnos cuenten a sus compañeros las peculiaridades de los monumentos, resultó especialmente educativa y, además, con sus puntos de humor.
Enhorabuena todo el alumnado por su buen comportamiento.
Matías Regodón
La visita al museo arqueológico me pareció interesante, ya que aprendí cosas que nunca me he parado a imaginar,y creo que no las podría haber aprendido mejor en ningún otro sitio.
Lo que más me gustó, sin duda alguna,fue el taller de cerámica, nos enseñaron a hacer candiles.Fue muy divertido, ya que todos nos poníamos nerviosos al ver que no nos salia bien.Cada compañero, lo hacía con formas diferentes: De corazón, de estrella…etc
Otros, con un palillo, grababan su nombre en las paredes del candil.
Más tarde, cuando salimos del museo, había una plaza con una fuente en el centro, nos quedamos allí y nos comimos nuestro bocadillo.Seguidamente,yo y mis amigas nos tomamos fotos,nos reímos mucho.
Luego, los profesores nos dejaron irnos a donde quisiésemos, así que nos fuimos.
La visita al museo arqueológico fue muy interesante, y espero volver a ir en el futuro.
Yo pienso que la visita al museo arqueológico a sido muy interesante, a mí lo que más me resultó fascinante fue lo que el guía explicó de las monedas, cuando estuvo explicando que si querían la mitad de un denario lo partían por la mitad y ya valía menos, cosa que aquí si quieres la mitad ya tenemos las monedas de 50 céntimos.
Otra cosa que también me gustó mucho fue la explicación de las figuras romanas e islámicas como Afrodita la diosa del amor. En resumen, todo lo que nos explicaron, hicimos en el taller y vimos me pareció fantástico. Si tuviera que ir otra vez repetiría sin problema alguno.
La visita al museo arqueológico fue bastante interesante, tengo que admitir que me gusto mucho mas con diferencia el taller de cerámica que la visita guiada. De la visita guiada me gustaron algunas cosas, lo que mas me gustó fue cuando bajamos al sótano, puede que me gustara por su olor aunque a casi todo el mundo le parecía un olor asquerosa, pero a mi ese olor a humedad me desprendía libertad y me hizo olvidarme un poco de toda la odiada semana que me quedaba de exámenes. Cuando llegamos al taller de cerámica, mi parte favorita, hicimos candiles con arcilla. Esta parte del trayecto fue la mas divertida, al menos en mi mesa había mas risas que arcilla y candiles. En resumen, la excursión estuvo bastante bien.
A mi esta excursión me gustó mucho porque hablaba sobre la cultura romana, islámica, y algo de cultura griega sobre las que yo tengo algún conocimiento sobre ellas. Por ejemplo las monedas antiguas que se fabricaban de plata pero cuando algo valía la mitad partían la moneda y pagaban, después podías ir al banco para que fundieran la plata y te dieran otra vez las monedas enteras. Otra parte que me interesó fue la del sarcófago cuyos dibujos no tenían cabezas menos uno, esto es así porque en la cultura islámica y el traspaso a la romana no se podía representar las caras de las personas. Lo que también me interesó fue el teatro que había en la planta subterránea del edificio.
También me llamó mucho la atención lo de hacer un candil. También los alumnos de 3º de Diversificación contaron una breve historia de las Tendillas y el templo romano cuando se construyó, etc.