IN MEMORIAM DE PEPE MILLÁN, INSPECTOR DE EDUCACIÓN

Acabo, Pepe, de venir de despedirte de la iglesia. Ahora vas camino de tu descanso, deseo que te sea placentero. Me hubiera gustado seguir viéndote por los lugares de este barrio donde hemos sido vecinos. Para mí siempre estarás en ellos.

Gracias por tu aprecio, siento lo mismo hacia ti. Hemos trabajado bien juntos, lo mejor que hemos sabido, pero siempre sin maldad y queriendo hacer las cosa bien para que la educación de nuestros alumnos fuera la mejor. Has estado siempre en los buenos y malos momentos. Te agradezco tu ayuda y también sé que hablo en nombre de mis compañeros del Instituto Gran Capitán. Has sido un hombre imperfecto, y por eso has concitado más mi aprecio. La perfección significa que ya está todo acabado. La imperfección, que está por hacerse. Prefiero la imperfección, siendo imperfecto, se está aún vivo, se está aprendiendo aún. Así te recordaré, haciéndote siempre. Un abrazo, compañero.

Miguel Osuna

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