Como parece que la lectura está de moda desde el último PISA, no es raro encontrar en la prensa de estos días artículos sobre la cuestión. Ayer aparecieron dos interesantes escritos con enfoques muy diferentes:
- Leemos, pero a ritmo de ‘zapping’. Un par de aspectos apuntados en el reportaje- me parece- merecen nuestra atención. De un lado, la referencia a los saltos cronológicos (uno a los 11 ó 12 años y el otro entre los 14 y los 16), en el que parece que se define la competencia lectora, esto es, el paso de una lectura más o menos atenta y recreativa a una lectura reflexiva. Si esto es así, traslada a los docentes de Secundaria la responsabilidad final sobre los hábitos y competencias lectoras de la sociedad: ¡pesada carga! Y de otro lado, la difícil convivencia, pese a los opiniones de José Antonio Millán, entre la aprehensión de la información en soporte digital- que exige otro tipo de habilidades y, sobre todo, de ritmos en el procesamiento de la información- y la lectura detenida.
- El libro ilimitado. Una hermosa reflexión, aderezada con unas gotas de hiel psicopedagógica y política, sobre la capacidad crítica, la curiosidad y el ensimismamiento que produce la lectura, según Antonio Muñoz Molina.