Buenas tardes a todos los presentes, familias, amigos, alumnado y profesorado. Bienvenidos a nuestra graduación. Digo “nuestra” porque, todos y cada uno de los que estamos aquí, hemos formado parte de este camino.
A continuación, os pido que os miréis los unos a los otros. Mirad a la derecha, a la izquierda, al frente, a vuestras espaldas. Podemos ver a personas que se conocen como amigos, familiares y gente importante para nosotros. Pues bien, han cambiado junto a nosotros, porque durante estos cuatro años hemos madurado como estudiantes y como personas que somos, y hemos aprendido infinidad de conceptos y saberes.
Una de ellas es que las notas de los exámenes, los positivos y los negativos, no son lo más importante. Pues, si nos paramos a pensar, ¿qué se gana sacando diez en los exámenes? ¿Ayuda a ser una mejor persona? ¿Hace que se tengan más amigos?
Hay que reconocer que ha habido clases eternas, malos días, discusiones con compañeros… Pero después estaban las clases en las que se veía una pequeña familia; clases en las que nos entraba la risa floja y cualquiera nos callaba; clases en las que disfrutábamos aprendiendo… Sin eludir a los amigos que, gracias a este instituto, hemos conocido. Con ellos hemos pasado más tiempo que con nadie. Algunos ya son más que amigos, forman parte de nosotros.
Gracias, tanto a los que teníamos antes de llegar aquí y con los que hemos crecido, como a los que hemos conocido en el transcurso de estos años; todos ellos son los que nos ayudan cuando estamos agobiados con trabajos o exámenes; en resumen, son los que nos orientan cuando estamos perdidos. Tampoco nos queremos olvidar de esos amigos que, por causas de la vida, hemos dejado atrás.
Han sido cursos con profesores inolvidables, teniendo cada uno de nosotros a alguno en especial. Porque fuera de este centro tenemos a nuestros padres, a nuestras familias… pero a la hora de estar aquí dentro los tenemos a ellos. Son los que más nos pueden ayudar cuando de verdad lo necesitamos; por supuesto, sin dejar atrás a nuestra orientadora, que siempre está para lo que se necesite. Y, sobre todo, no podemos olvidarnos de los profesores que se jubilan este año.
También queremos dar las gracias a los padres. Ellos nos levantan de la cama todas las mañanas, nos despegan las sábanas, nos recuerdan el paraguas cuando llueve… Ellos son los que nos motivan todos los días; nos dicen que seamos los mejores pero, en realidad, para ellos ya lo somos. Sin duda, han sido piezas clave para que estemos aquí.
Cada parte, cada rincón de este instituto, tiene un recuerdo para nosotros. Esas horas en las que faltaba algún profesor en las que, corriendo, cogíamos nuestras carteras y bajábamos al patio, para que el profesor de guardia nos dejara quedarnos allí; la primera hora del lunes, en la que intentábamos contarnos todo el fin de semana; ir al servicio o rellenar la botella de agua para dar un paseo y despejarnos.
Sin olvidar lo más divertido, los viajes y las excursiones, a cual mejor, como Pirineos, Cazorla… innumerables viajes, cuyos recuerdos no caben en este discurso, en todo el instituto, ni siquiera en toda la ciudad.
Compañeros y compañeras, debemos estar muy orgullosos por lo que hoy alcanzamos. Pero esto no es el final, aún quedan muchos caminos por recorrer, muchísimas metas que alcanzar.
Esto se acaba, algunos se marchan y otros se quedan pero, de una forma o de otra, nuestros caminos se separan. Ha llegado la hora de despedirse de esas aulas, lugares donde se guarda el eco de nuestras risas, juegos, lágrimas…
Y ahora, después de los malos y buenos momentos que hemos vivido juntos, toca cerrar esta etapa… Cuando éramos pequeños, siempre nos preguntaban lo mismo: ¿Qué queréis ser de mayores?, a lo que respondíamos: “bomberos”, “policías”, “bailarinas”, futbolistas”… Ahora, sin embargo, sabemos que debemos tomarnos las cosas con calma, disfrutar el día a día, no anticipar acontecimientos…y, sobre todo, luchar por lo que deseamos, con todas nuestras fuerzas. Si luchamos por algo y no nos rendimos, lo conseguiremos, seguro.
Suerte a todos y esperamos que, en un futuro, podamos recordar esto con una gran sonrisa y satisfacción.
Posdata: Nos queda una larga noche por delante: padres, no nos esperéis despiertos.