LA HUELLA MORISCO-ANDALUSÍ

Tras la celebración de esta actividad durante la semana pasada en nuestro centro, destinada al alumnado de primero de bachillerato y dentro de un ciclo de cuatro conferencias-coloquios sobre la lengua alhamia, Matías Regodón nos la relata en esta crónica que titula RECUPERANDO LA MEMORIA:

Este quizá sea el principal mensaje que nos ha querido transmitir Antonio Manuel Rodríguez Sánchez, en su conferencia del pasado día 13, en el IES Gran Capitán: que recuperemos nuestra memoria; que en medio de un mundo globalizado, que elimina las diferencias y uniformiza, los andaluces conservemos lo que nos diferencia culturalmente de los demás pueblos.

La presentación del conferenciante corrió a cargo de Francisco Liñán, secretario de la Asociación Cultural Alhamia, que es la organizadora de un ciclo de conferencias sobre la huella morisco-andalusí, en diferentes centros educativos de Córdoba.

Asistieron a la actividad los alumnos de 1º de Bachillerato, cuya atención e interés se incrementó, a medida que Antonio Manuel avanzaba en su exposición.

Una anécdota sobre nuestro forma de lavarnos -similar a la de los árabes, momentos antes de entrar en la mezquita- le sirvió al conferenciante para introducir el concepto de memoria, que es diferente al de historia, así como para señalar la huella andalusí en nuestra sociedad.

Prefirió hablar de pie, paseándose entre los alumnos, que permanecer sentado en la mesa. Esto, unido a la pasión que ponía en sus palabras, le permitió captar y mantener la atención del auditorio. Sus mensajes eran directos: a finales del siglo XV, se elimina la diferencia en nuestro país, con la expulsión, primero, de los judíos y, después, de los moriscos. Además, se crea la Inquisición para perseguir y juzgar a los sospechosos de seguir asistiendo a ritos de las religiones prohibidas.

Sin embargo, no se consigue eliminar el pasado ni de los que se quedaron ni de los que se fueron. La huella morisco-andalusí permanece en nuestra comunidad, y puso algunos ejemplos: la costumbre, aún vigente, de hacer limpieza los sábados, día en que los judíos no pueden trabajar, comunica el mensaje “no soy judío”; o ir de tapas, si consideramos que en su origen la tapa era una loncha de tocino que cubría el baso de vino, es una forma de decir “no soy musulmán; o en fin pasear a la virgen, lanzándole flores, parece una costumbre tomada de las bodas árabes.

Pero la huella que más no sorprendió a los que asistimos a la conferencia fue la explicación de la palabra flamenco, cuyo origen está en dos vocablos árabes: “falah”, que significa campesino, y “mencuh”, marginado.

La verdad es que Antonio Manuel Rodríguez caló hondo con su mensaje de la memoria morisco-andalusí y fue despedido con aplausos entusiastas por parte de los alumnos y los profesores.

One thought on “LA HUELLA MORISCO-ANDALUSÍ

  1. Desde luego, una de las charlas más interesantes que hemos tenido en el instituto. Sin embargo, estoy en desacuerdo con la parte de los aplausos… La verdad, merecía un aplauso muchísimo más caluroso que el recibido.

    Pero bueno, qué se le va a hacer… ¡Gracias desde aquí a Antonio Manuel Rodríguez, por compartir su tiempo con nosotros!

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